Dicen que todos los inicios son duros. No es para tanto: cuentas con la ilusión.
Comenzar a caminar es fácil, únicamente necesitas querer alejarte de algo. Lo difícil, supongo, es continuar.
Todas las historias que alguna vez se han narrado, en libros, en cuentos o en torno a una hoguera, en alguna ocasión han sido soñadas por sus autores.
¿Qué ocurre con aquellas historias que olvidamos al despertar? ¿Siguen siendo soñadas una y otra vez, hasta que alguien las da forma, hasta que se cuentan a otros y se hacen inmortales?
Espero que sí. Sería una lástima que se perdieran.
Yo intento transcribirlas al papel. La mayor parte de las veces no lo consigo. Otras, al escribirlas, se desvirtuan tanto que apenas si se parecen al original. Pero aun así lo sigo intentando.
Es lo menos que puedo hacer por ellas.
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