Abandono la primera persona, y las frases subordinadas, y un montón de etiquetas. Necesito escribir algo fluido y sacar de mi interior un montón de ideas que me queman.
- ¿Y de qué va la historia, dso?
- Buena pregunta. No sabría contestarla.
Hace tiempo una mujer me dijo "deberías escribir algo sobre vampiros, pero sobre vampiros glamurosos". La puntualización la hizo, creo yo, porque se estaba leyendo Crepúsculo.
La idea me chocó bastante, porque... ¿vampiros? Es decir... puedo escribir sin problemas sobre magia, sobre fantasmas, demonios, ángeles y demás seres sobrenaturales, pero ¿vampiros? Como no sé decir que no a una mujer desnuda, dije que me lo pensaría.
¿El resultado? Una historia sobre un hombre que está muriendo y el espíritu de una mujer que llega hasta él para enseñarle las opciones que tiene, y para que decida si merece la pena seguir vivo a cualquier precio.
Estas son las primeras líneas:
—Aproximadamente un año —dijo el médico—. Pero ya sabes que esto no es una ciencia exacta.
Devan guardó silencio durante unos segundos. El médico había respondido a la pregunta “¿cuánto tiempo me queda, doctor?”. Y durante esos segundos de silencio pensó un montón de cosas.
La primera fue gritar “¡pues no me lo creo, médico de los cojones!”, pero la desechó rápidamente porque era infantil, absurda y no podía sacar nada bueno de ella. Así que se limitó a pedir un vaso de agua.
Se lo sirvió una enfermera de las de película de cine de barrio, alta, guapa, rubia, de pelo largo y rizado, con una minifalda que no creía posible que formara parte del uniforme. Le sorprendió no haberse dado cuenta hasta ese momento del tipazo que tenía, porque no se había fijado en ella al entrar en la consulta y eso no era normal en él. Quizá estaba tan asustado que no había podido mirar más arriba de sus rodillas, o quizá es que había perdido la razón ya de una vez por todas. ¿Sería una broma de cámara oculta? Miró a su médico de nuevo y suspiró aliviado: no, no se parecía a Andrés Pajares. Se bebió el agua en silencio, ganando tiempo, intentando asimilar la información mientras su mente buscaba desesperadamente una forma de no hacerlo, y distraerse, y dedicarse a otras cosas.
Pensó “dios mío, voy a morir”. Pero su cerebro profundamente anticlerical salió al quite, y la siguiente frase que cruzó su mente fue “¡me cago en dios!”. Esta vez no se acordó de pensar en silencio y lo gritó a todo volumen. La enfermera dio un paso hacia atrás, incomodada por el grito repentino. Devan sintió que acababa de perder la posibilidad de masturbarse pensando que se acostaba con ella. El médico, no obstante, dio un paso al frente y le colocó una mano en el hombro. Todo un profesional.
—Ahora permite que te cuente las opciones que tienes.
Dentro de poco comenzaré a subirla. Que la disfrutes.
edit: la frase
"Devan se quedó unos segundos en silencio." la he cambiado por
"Devan guardó silencio durante unos segundos."
porque suena mejor y porque la sugerencia viene de alguien que escribe muy bien y al que ya haré la pelota adecuadamente en otro momento.