domingo, 2 de octubre de 2011

Marguerite Yourcenar

No puedo decir nada de esta escritora que no se haya dicho ya. Uno de sus libros más famosos, Memorias de Adriano, se puede disfrutar en castellano con la inmejorable traducción de Cortázar. Ese libro es denso y delicado, y exige encontrar el momento adecuado de calma para leerlo. Si encuentras ese momento, no lo desaproveches.


 Un ejemplo de su estilo y de la carga emocional de sus palabras:

 No te llames sin embargo a engaño: aún no estoy tan débil como para ceder a las imaginaciones del miedo, casi tan absurdas como las de la esperanza, y sin duda mucho más penosas. [...]Pero de todos modos he llegado a la edad en que la vida, para cualquier hombre, es una derrota aceptada. Decir que mis días están contados no tiene sentido; así fue siempre; así es para todos. 





Permite que utilice esta entrada para difundir otro tipo de citas de esta autora, que desconocía y que me ha parecido interesante compartirlas. Quizá no estén muy relacionadas con la literatura, pero ¿de qué sirve escribir si no es para cambiar el mundo?


La historia se interesa sólo por los privilegiados.




La relación entre el escritor y sus personajes es difícil de describir. Es un poco la misma que entre padres e hijos.

Cuanta razón en tan pocas palabras. Supongo, porque no tengo hijos. Pero más o menos, la entiendo.


Lo admito, yo soy un desencantado de la especie, un traidor a la esperanza. No creo en un futuro mejor porque no creo que el hombre esté dispuesto a realizar el sacrificio de mejorar. Pero...

"Seamos subversivos. Hay que rebelarse contra la ignorancia, la indiferencia, la crueldad que, por lo demás, suelen aplicarse a menudo contra el hombre porque antes se han ejercitado con el animal. Recordemos, puesto que hay que relacionarlo todo con nosotros mismos, que habría menos niños mártires si hubiese menos animales torturados, menos vagones precintados llevando hacia la muerte a las víctimas de ciertas dictaduras si no nos hubiéramos acostumbradoa a ver furgones en donde las reses agonizan sin alimento y sin agua, de camino hacia el matadero; menos caza humana derribada de un tiro si la afición y la costumbre de matar no fueran patrimonio de los cazadores. Y en la humilde medida de lo posible, cambiemos (es decir, mejoremos si es que se puede) la vida."

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