La realidad es menos interesante que el recuerdo que tengo de este pasaje pero, aun así, cuando paso cerca no puedo evitar entrar y pararme un momento junto a la estatua. Por lo general, eso significa un alto en el camino, entrar en un bar, pedir un café largo y tomarlo en silencio, solo y sin distracciones. Y que el mundo se espere, joder.
Dos personas se encuentran en un bar, acodadas en la barra con la familiaridad de quien ha pasado los mejores momentos de su vida en lugares parecidos. Uno de ellos está muerto, hace tiempo ya, pero hace falta algo más para alejarle de su amigo e impedir que su fantasma se tome una jarra en buena compañía.
- ¿Magia? -dice- Te mostraré la magia del tintineo de los vasos al brindar, de la cerveza que se tiñe de negro, de la voz que cuenta una historia... De cien sonrisas que burbujean hasta la carcajada y cierran la puerta dorada al frío del exterior.
Brendan Finn
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