jueves, 6 de enero de 2011

Los sueños, esos que nos visitan.

A veces tengo sueños lúcidos, ricos en detalles, en personajes y en sentimientos. De hecho, los sueños son mi principal fuente de inspiración.

Para evitar olvidarlos, duermo con un lapicero y una pequeña libreta junto a mi cama. Cuando me despierto y quiero recordar lo que he soñado, intento describirlo con una palabra o una frase y, a veces, cuando lo he hecho en mitad de la noche, al día siguiente no sé lo que quería recordar.

Hace poco escribí: "dolor por la pérdida de un amigo al que nunca has conocido". No recuerdo el sueño con muchos detalles, pero sé que me desperté llorando. Sí recuerdo la profunda tristeza al saber, con total certeza, que jamás volvería a ver a alguien querido, aunque no podía recordar a quién.

Todo esto me ha venido a la cabeza al leer una entrada en el blog de Desmodius. ¿Existirán en sueños ciudades o lugares al que tan sólo podemos acceder cuando dormimos? ¿Y personas a las que jamás podremos conocer despiertos?

Quiero poder acceder a ese mundo, a esas personas y a esos sentimientos. No cuando duermo, sino en todo momento. Necesito el saquito de arena del Señor del Sueño.

1 comentario:

  1. En este efecto, siempre he creído que los lugares que soñamos existen de alguna u otra forma, al menos por haberlos podido visitar oníricamente ya existen dentro de nuestros recuerdos.

    Mi historia de "El Origen" tiene un capítulo centrado en una escena que vi en mis sueños.

    Saludos,
    Desmodius.

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