Voy a escribir sobre los detalles, las
diferencias que se pasan por alto y los pequeños momentos, porque
estoy harto de perseguir la felicidad a grandes zancadas, corriendo,
intentando alcanzarla mientras se aleja de mí siempre un paso más
rápido de lo que yo me acerco a ella. A lo mejor estoy equivocado y
la satisfacción de un gran logro no compensa.
El esfuerzo ¿es proporcional? Quiero
decir... Cuando te propones una gran meta en tu vida, como por
ejemplo comprarte una casa, la retribución que recibes, los momentos
de felicidad que obtienes a cambio del esfuerzo emocional, económico
y de todo tipo... ¿están a la altura?
“Claro”, me dirás, “es que
comprarse una casa no es una cuestión emocional, sino práctica”.
Y tendrás razón, no buscamos cobijo para ser felices, sino para
satisfacer una necesidad, para sentirnos protegidos, que es muy
diferente. Quizá sólo podemos ser felices cuando nos encontramos
cómodos, primero la comodidad en la base de la pirámide y luego la
felicidad en la cima, como un lujo, un capricho que puede ser
satisfecho sólo cuando la base está bien asentada. La felicidad se
convierte en un añadido, un subproducto de la tranquilidad.
Nosotros no lo vemos así, claro.
Pensamos “cuando alcance esta meta seré feliz” y nos
equivocamos. La felicidad la encontramos en el camino, en los
detalles, en los días soleados, las sonrisas de las cajeras y los
ronroneos de los gatos.
Creo que ocurre lo mismo cuando nos
sentamos a escribir. Llenos de ilusión decimos “voy a escribir una
gran novela” y le dedicamos un tiempo, esfuerzo y dedicación
ingentes, y pensamos “cuando la termine seré feliz”.
Pero al terminar sólo queda el vacío.
No es felicidad, sino liberación. No es alegría, sino la comodidad
de sentir que bajo el techo de tu novela puedes cobijarte. La
felicidad está en los detalles, en los relatos, en las entradas de
un blog y en las cartas a un amigo.
Si le das forma al mundo, el mundo se
rebelará contra ti como una bandada de cuervos, aunque sea tuyo, tu
refugio, no podrás gobernarlo y escapará a tu control. Sin embargo,
si plantas un jardín, obtendrás flores.
Me gusta leerlo y estoy de acuerdo contigo. Me he pasado años buscando lo que me falta y preguntándome porqué no estoy llena cuando más o menos lo tengo. Me gusta pensar en la palabra "contentment" que en inglés es algo así como: estar satisfecho, complacido, en paz con lo que hay, aunque no sea lo que tanto deseamos.
ResponderEliminarEs como lo que dices del jardín: tengo tierra, planto algo y dejo que crezca, con cariño y sin controlarlo.